octubre 14, 2005

No hay sombra en el espejo


"A menudo surge algún sabio de pacotilla, capaz de asegurar que el espejo siempre es honesto. Mierda de honesto. El espejo es un farsante, un traidor, un ladino. Ese Renato Valenzuela que está ahí, mirándome socarrón, pálido de tanto insomnio, es un remedo frágil de mí mismo, un facsímil sin sangre, una cosa. ¿Dónde está, por ejemplo, el latido de mis sienes, el corazón rebosante de logros y fracasos, las manos que no son garras sino proveedoras de caricias?
La estampa del espejo es lo que no quise ser: un fantoche gastado que convoca a la muerte.
Por esos falsos ojos circulan escombros de deseos, que ya ni siquiera puedo vislumbrar y menos aún rememorar...
M. Benedetti.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me gusta bastante esa imagen.

9:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Oye, yo yo, podrías expresar también el porqué? No es necesario desde luego pero de alguna manera un yo siempre quiere aprender de los otros yo yoes

11:23 a. m.  

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